Y ahora
escucho la canción
de aquella madrugada incierta..
de insomnio con tu nombre,
de deseos sin concretarse...
Y al hacerlo,
miro tu imagen congelada en mis ojos,
como si fuera un sol que nace
de un amanecer distinto
a lo que mi mente esperaba..
La canción sigue su avance,
el violín suena,
como asintiendo
cada pensamiento..
Yo solo espero,
la última nota,
el último acorde..
Aunque se bien,
que la música es solo una
de tantas cosas
por las que ingresas a mi mente,
para alojarte en lo que siempre estará..
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