domingo, 19 de abril de 2020

Distancia.

No se bien como se siente ser exiliado o expatriado. No se bien lo que puede significar salir forzosamente de mi tierra o de mis sitios. Pasa el tiempo y las ausencias empiezan a pesar como sacos que se llenan de nostalgias, recuerdos y afectos a la distancia. Quizás este sentimiento se parezca más a la ruptura que han sufrido esas personas al separarse de sus afectos, al ser exiliados, expatriados o forzados a irse. 
Estamos cerca y conectados, pero como nos hace falta la cercanía física, el encuentro,los aromas, la voz pura que llega a nuestros oídos solo viajando por el aire. 
Estoy en casa, pero me doy cuenta que el hogar es mucho más que estas  paredes que habito. Que el hogar es ese espacio donde comparto con la gente que quiero, con la que construyo y despierto sueños y con la que compartimos la risa y es mucho más grande que este lugar físico donde aguardo esperando que todo pase, con la esperanza de que la nueva normalidad no nos quite el abrazo y podamos reírnos en la cercanía, y acompañarnos en nuestras tristezas como solíamos hacerlo. 





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Susurros del Tiempo por Diego Zúñiga Céspedesse encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Costa Rica License.