a veces hilvana una historia que no termina,
pero que sin embargo tiene como punto final,
su sonrisa..
Y yo intento reir junto a ella,
al tiempo que inevitablemente,
nacen en mis ojos lagrimas,
y debo buscar otros sitios donde su mirada no alcance mi tristeza..
Su sonrisa es como mirar una fotografía,
de aquellos momentos de infancia.
Y no tengo valor para llorar
frente a sus ojos.
Otros fueron los tiempos,
de infantiles travesuras
y el resguardo de su alcahueteria,
que eternamente agradezco..
Otros fueron los tiempos,
en que lloraba a lagrima viva,
frente a sus ojos,
siempre cariñosos.
Otros fueron los tiempos,
de su cariño a corazón abierto
y su consuelo.
Hoy son los tiempos del camino final..
ya tus manitas no son las mismas,
tus palabras entrecortadas,
se sumergen en el bosque de la eternidad...
A la tristeza del inevitable camino de la despedida...
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