El tiempo,
ese transcurrir de inmensidades
volvía a unirles.
Certezas no dichas
les atravesaban sus cuerpos.
Orgullo, distancias,silencios.
Alguna vez cercanos,
alguna vez lejanos
siempre volvían...
Parecían dos notas musicales,
destinadas a ser canción.
Ese sountrack de la vida,
para los sentidos despiertos.
Una melodía nocturna,
que existe en el cruce
de una mirada sostenida
y una sonrisa complice.
Al terminar,
cada quien se marcha.
Y sus pasos
son preguntas sin respuesta.
Un silencio,
una melodía,
un silencio,
luego vuelven.
Y vuelven..