
No hay mas detalle,
que la imagen que robaron mis ojos
aquella noche de poesía.
En medio del danzar
del humo del cigarrillo
y el declamar de los versos
Ahí estaba tu figura imponente,
con la mirada esquiva
y tu vestido blanco y negro
Ahí estabas,
lejana e inalcanzable,
soberbia e imponente
como tus pasos
Mi mirada descarada
hurgaba tu cuerpo,
mientras Ana Torroja y Sabina
sonaban en el intermedio
A mi mesa llegaban,
como rayos de Luna
las risas espontáneas,
que contagiaban tu mesa
e impactaban como meteoros
mi estado de animo
Desconocida sí,
una completa desconocida
que se levantó un instante
a leer un poema
Te alimentaban los gritos y aplausos
de quienes adulaban tu belleza,
no sé si la poética o la física,
pero tu belleza al fin..
Yo observaba y contemplaba,
también escuchaba por ratos,
cuando la lucha interna,
daba como resultado
el triunfo de tu poesía,
por encima del poema de tu cuerpo.
Resultaste ser una desconocida,
de quien conozco solo el nombre,
la belleza de tu cuerpo,
y una pincelada de tu sentimiento hecho palabras.
Sentimiento bastante extraño,
de paraguas prehistóricos
como un impulso a poemas de cosas.