sábado, 21 de diciembre de 2013

Breve recuento.

Ya pasé por esas calles, por esa ilusión de unos ojos en la distancia. Recuerdo que en esa epoca
pasé pensando en como enviar pensamientos al otro lado(justo donde ella estaba).Pero ningún medio de comunicación logró lo que esperaba.
Entonces lo intenté con los arboles para que ellos enviaran mensajes al norte y otros cruzando el atlantico(dos momentos distintos). Quizás esperaba que al hablarles ellos enviaran por la tierra y el viento aquella corazonada, no sé si lo lograron.
Yo sé bien lo que es alejarme por lo incierto, se lo que es pasar horas en un apartamento sin otra voz
que la de mi mente, a veces la de Silvio por supuesto y un tequila que guardé para esas horas.
Se bien lo que significa caminar por la vida y escuchar ese acento en bocas diferentes y que vibren los recuerdos, se lo que es voltear la mirada y saber que ella no estaba.
Y aprendí(uno siempre dice eso) lo que significa no mirar lo que estaba a mi alcance por  lo que se encontraba en la lejanía.
Ya pasé por esos caminos, hoy solo quisiera arriesgar pero con ella cerca, pudiendo abrazarla y preocuparme cuando algo le pasa. Arriesgar cuando los arboles son testigo. Arriesgar en tierra propia, arriesgar.


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Susurros del Tiempo por Diego Zúñiga Céspedesse encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Costa Rica License.