jueves, 15 de agosto de 2013

Masoquismo del hacer.

Hacer algo, actuar, implica muchas cosas en este país, Yolanda Oreamuno nos hablaba de una cultura que en la época actual no dista mucho de la que ella vivió, la cultura de serruchar pisos, esa en la que sutilmente te ponen a la altura conveniente.

Liderar, hacer, asumir, dinamizar.. Tantas palabras que llevan a la acción, pero al mismo tiempo implican una serie de situaciones que nadie le cuenta ni advierte a las personas que deciden ejecutarlas.

Estar al frente implica ser visible, ser objeto de crítica, a veces sana, a veces más bien como un tiro en las piernas, a veces como un ensordecedor rumor de palabras que hablan de ti, pero que no llegan a tu oído, aunque sabes que suceden.

Qué más da, lo más importante es amar lo que se hace y dejar fluir las cosas, es difícil claro, nadie dijo que era un lecho de rosas, interrogantes corren en la cabeza, como una búsqueda de caminos para sortear lo complejo de lo humano ¿cómo apartar el corazón de las situaciones?¿cómo cumplir con eso de no tomarse nada personal?

Seguir haciendo, en un acto masoquista lleno de esperanza, quizás hacer aquello de mirar lo que se quiere, sin distraerse por todo aquello que nubla el camino.

Vaya que la complejidad humana es enorme, abismal, incierta. Y la pregunta que mas me hago es ¿cómo se puede transformar si reproducimos la desconfianza que nos induce este sistema?

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Susurros del Tiempo por Diego Zúñiga Céspedesse encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Costa Rica License.