domingo, 16 de diciembre de 2012

Regreso


No sé como es que logran las azafatas
sonreír siempre
cuando atienden a perfectos desconocidos.

Me sorprenden,
los simulacros de afecto,
que se presentan en los comercios...

Alguna vez,
te he extrañado irremediablemente,
alguna vez quisiera que fueras como el sol a las 6 de la mañana..

y otras quisiera que fueras esa luna llena,
que llena la montaña,
e ilumina el corazón..

3 comentarios:

  1. Ya ves... las sonrisas... fingidas o genuinas, van y vienen, vienen y van, se cuelan entre la gente, aparecen de repente, no sabemos dónde las vamos a encontrar...
    Un abrazo. Ahora te sigo.

    ResponderEliminar
  2. Nunca se sabe, es cierto.. Me alegra mucho que me sigas :) Abrazos!

    ResponderEliminar
  3. Ana Beatriz Hernández26 de diciembre de 2012, 0:28

    La figura de las sonrisas tristes. Las lejanías codo a codo. Voy leyendo y este es de los que más me van gustando. Maravilloso. Y como una de las armas blancas que menciona Benedetti.

    ResponderEliminar

Licencia de Creative Commons
Susurros del Tiempo por Diego Zúñiga Céspedesse encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Costa Rica License.